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Los 50 años de vida de EPN y su búsqueda del perdón

2016-07-21 | Armando Vásquez A. | Sección:

La pregunta obligada en torno a ese perdón que solicitó el Presidente Enrique Peña Nieto a los mexicanos por el caso Casa Blanca es sin duda alguna ¿por qué hasta ahora?

Y sabe lector, la respuesta por lo general es la más sencilla: porque hasta ahora se convenció de que había actuado erróneamente.

¿Cortina de humo?, quizá, ¿quiere empezar a expiar sus culpas?, quizá, ¿le hizo caso a algún nuevo asesor?, quizá, ¿cayó en cuenta de que sus momios estaban muy abajo?, quizá, ¿recibió una buena regañada de Obama?, quizá, ¿se hartó del tema?, quizá.

El hecho es que en el trajinar diario, todo gobernante de cualquier nivel, actúa y toma decisiones constantemente y desde que este país funciona como independiente, nunca tienen la culpa de sus acciones, lo negativo se lo atribuyen a los enemigos ciertos e irreales que le crean (y se crea asimismo) a su alrededor y hay quienes lo envuelven en una burbuja donde los razonamientos externos no entran.

Para ponderar esto le publico la carta de renuncia, tal cual, que envio un Porfirio Díaz a la Cámara de Diputados donde deja en claro que no conoce un hecho imputable a él que causara la revolución. Pero mejor léala y luego cierro el escrito. La escribió a los 81 años de edad. Murió cuatro años después el dos de julio de 1915 y nadie se acordó de éste hecho.

A los CC. Secretarios de la H. Cámara de Diputados.

Presente.

El pueblo mexicano me ha colmado de honores, que me proclamó su caudillo durante la guerra de Intervención, que me secundó patrióticamente en todas las obras emprendidas para impulsar la industria y el comercio de la República, ese pueblo, señores diputados, se ha insurreccionado en bandas milenarias armadas, manifestando que mi presencia en el ejercicio del Supremo Poder Ejecutivo, es causa de su insurrección.

No conozco hecho alguno imputable a mí que motivara ese fenómeno social; pero permitiendo, sin conceder, que pueda ser un culpable inconsciente, esa posibilidad hace de mi persona la menos apropósito para raciocinar y decir sobre mi propia culpabilidad.

En tal concepto, respetando, como siempre he respetado la voluntad del pueblo, y de conformidad con el artículo 82 de la Constitución Federal, vengo ante la Suprema Representación de la Nación a dimitir sin reserva el encargo de Presidente Constitucional de la República, con que me honró el pueblo nacional; y lo hago con tanta más razón, cuanto que para retenerlo sería necesario seguir derramando sangre mexicana, abatiendo el crédito de la Nación, derrochando sus riquezas, segando sus fuentes y exponiendo su política a conflictos internacionales.

Espero, señores diputados, que calmadas las pasiones que acompañan a toda revolución, un estudio más concienzudo y comprobado haga surgir en la conciencia nacional, un juicio correcto que me permita morir, llevando en el fondo de mi alma una justa correspondencia de la estimación que en toda mi vida he consagrado y consagraré a mis compatriotas. Con todo respeto,

México, Mayo 25 de 1911

Firma: Porfirio Díaz.

En el caso de Peña Nieto, a sus recién cumplidos cincuenta años de edad, supo que debía redimirse si no quiere pasar a la historia como uno de los peores gobernantes. ¿O acaso no es la lectura que le brinda su escasa popularidad? Y el ejemplo es Porfirio Díaz quien nació un 15 de septiembre y empató la fecha con el inicio del movimiento de independencia, pero nadie recuerda ese hecho, sino lo del grito.

No hay que ser muy ducho para entender que si Porfirio Díaz nunca pensó que actuara mal, ¿por qué tendría que suponerlo tan siquiera Peña Nieto?... Y su petición de perdón a lo mejor sea lo único que se recuerde de su paso por la presidencia y no tantas reformas estructurales que originó. Sería algo así como lo que le ocurrió a López Portillo más recordado por la disculpa, la lágrima, el perro y su defensa del peso.

Recapitulando. Si Peña Nieto quiere pasar a la historia, lo que debe por fuerza hacer luego de la aprobación del Sistema Nacional Anticorrupción es dejar que funcione correctamente y encarcelar a una parvada de políticos gobernantes que tanto daño le han hecho a este país. Solamente así las nuevas generaciones tendrán un referente histórico positivo hacia su persona.

EN FIN, por hoy es todo, el miércoles de la semana que entra le seguimos si Dios quiere. Nos vamos unos días de vacaciones. Salud.