Familia y vecinos politizados

2024-04-03 | Armando Vásquez A. | Columna Archivo Confidencial
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ME TOCÓ VER AYER en la ventana trasera de los carros de un par de vecinos, pegotes o calcomanías que aludían a Xóchitl. Tuve que acercarme a verlos porque de lejos se veían guindas, pensé que eran de Claudia. Pero no.

En la elección del 2021 una decena de vecinos colocaron mantas por fuera del cerco de sus casas invitando a la gente a votar por Morena. De seguro tal estrategia se implementará cercano el día de las votaciones, pero por el momento, aunque sean pocos, el mensaje de Xóchitl que habla de un México sin miedo, por lo menos ya se encuentra en dos carros que ví.

No es un referente, ni tan siquiera para manejar hipótesis, pero si establece la aparición de pautas, algo similar a lo que ocurre en las encuestas sonorenses de twitter en las cuales la mayoría de las votaciones –pocas o muchas--, establecen una votación de tres o cuatro a una a favor de la hidalguense.

La sociedad sonorense, así como la del resto del país está fracturada y se puede observar en los grupos de watsap de las familias en los cuales siempre habrá uno o dos o más que están al cien a favor de López Obrador, 4T o Morena. Es lo mismo en todo el país. Es el gran logro de un López Obrador que pudo semi quebrar no el pensamiento, sino la unidad familiar de alguna manera, en unos con mayor incidencia, que en otros.

Sin embargo, lo que no ha podido lograr el presidente es destruir totalmente a las familias como núcleo sustancial de la sociedad y es observable en los convivios donde el punto de vista sobre animadversidad política prácticamente se hace de lado pues el tratamiento de frente significa una confrontación que nadie quiere.

Inclusive, cuando los ánimos suben de modo luego de la cerveza acumulada, tampoco es fácil tratar o imprimir convencimiento promotor en el tema de la política. No hemos tenido información hasta el día de hoy en los informes policiacos –al menos en Hermosillo--, que se hayan desarrollado pleitos en fiestas familiares por culpa causal teniendo como origen la polémica política que definitivamente se desfoga a través de los grupos de watsap y nada más.

Lo interesante de esto es que realmente son más fuertes los lazos familiares que cualquier otro tipo de injerencia externa de política, de allí que algunas disposiciones gubernamentales relacionadas con la aprobación legal del aborto, de la mariguana o de cualquier otro esquema que busca la destrucción del núcleo –incluyendo la cuestión de oprobio contra las acciones de la Iglesia Católica--, simplemente, en esta generación, no van a funcionar pues sería ir contra abuelos y padres actuales cuya fortaleza se basa en las tradiciones y costumbres que son sumamente difícil de romper o trastocar.

Otro detalle por el cual prácticamente las reuniones familiares se desarrollan con armonía es que en la convivencia se encuentran menores de edad, jóvenes, niños o bebés y hay que respetar los cánones propios de una convivencia natural que obligan a un comportamiento de respeto, empatía y sobre todo cuidado de las formas donde la carrilla tiene un límite y las mentadas e insultos desaparecen pues la animadversión obliga en caso dado a llamar la atención a ese familiar o bien, segregarlo.

Los problemas empiezan en la familia cuando el pensamiento entre padres e hijos se rompen en este affaire político. Allí entran otra serie de factores, entre los cuales, cuando la liga se estira mucho, ocurre la indiferencia más que la imposición de los papás sobre sus chamacos y por lo general conlleva al no voto o, en caso contrario, cada quien define su punto de vista en las urnas. Este caso suele presentarse sobre todo con los hijos universitarios. Pero ese es otro tema novedoso que aplica a otro tipo de análisis.

Lo interesante es lo que ocurre con vecinos y familias. Con los primeros es posible que nunca los lleguemos a conocer realmente, pero en un momento dado, en caso de que requieran algún tipo de ayuda, allí vamos a estar con indiferencia de su posición ideológica pues los tenemos a un ladito lo cual se convierte en lazos de vida.

Y en el caso de las familias –que uno no escoge, a los amigos sí--, simplemente por ser rojos, verdes, amarillos, rosas, anaranjados o del color que sean-- no será posible desdeñarlos por su posición ideológica y la mano amiga siempre estará presente.

Esta unión, esta liga entre seres humanos es la que cualquier gobierno que tienda a la tiranía tratará de romper como ocurre en países como Venezuela donde ocho millones han abandonado al país o en Cuba donde lo han logrado al individualizar la supervivencia en los hogares borrando la solidaridad, por eso van 66 años de control férreo de sus gobernantes.

Sabe muy bien este gobierno mexicano que requiere romper ese lazo, razón por la cual incidirá en la conformación de los comités de barrio defensoras de la 4t –cuya coordinadora en Morena es Claudia Sheinbaum--, similares a los de Cuba, pero cuyo accionar lo veremos a los días en caso de que gane la favorita de López Obrador y entonces sí, los valores de solidaridad y empatía tenderán a desaparecer incluyendo a las familias.

Hay que ver un poco más allá de los dos pegotes vistos en la parte trasera de los carros de los vecinos.

EN FIN, por hoy es todo, mañana le seguimos si Dios quiere.

Armando Vásquez Alegría es periodista con más de 35 años de experiencia en medios escritos y de internet, cuenta licenciatura en Administración de Empresas, Maestría en Competitividad Organizacional y Doctorado en Administración Pública. Es director de Editorial J. Castillo, S.A. de C.V. y de “CEO”, Consultoría Especializada en Organizaciones…

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