Recesión económica: golpe de realidad

2025-04-25 | Armando Vásquez A. | Columna Archivo Confidencial
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Cuando un país entra en recesión significa que su actividad económica se ha reducido de manera sostenida durante al menos dos trimestres consecutivos: 0.6% en el último trimestre del 2024 y 0.4% en el primer trimestre del 2025. Es el semestre como presidenta de Sheinbuam quien ha desdeñado esta situación a pesar de ser México el único país en el mundo con decrecimiento del 0.03 % conforme a diversas organizaciones como el FMI y el Citibank.

Durante una recesión ocurren varios fenómenos como la disminución del consumo -la gente gasta menos por la incertidumbre--, se caen las inversiones pues las empresas reducen sus gastos en nuevos proyectos, se reduce la producción y aumenta el desempleo pues se recorta personal para reducir costos.

Habrá que sumar también los aranceles al acero y aluminio que al día de hoy provocó cien mil personas sin empleos en Ciudad Juárez, por mostrar un botón y a ello sume la incertidumbre política y económica, como la transformación del poder judicial, así como el impasse ante la visión de Trump que ha ejercido una desaceleración en el mundo que ha impactado directamente en la demanda de exportaciones mexicanas.

México ha enfrentado varias recesiones económicas como la de 1982 cuando recurrió al apoyo del FMI y renegoció su deuda externa, además de implementar políticas de recesión y se nacionalizó la banca, esto último, según opiniones sensatas no se encuentra dentro del listado de opciones de Sheinbaum pues el efecto bumerang sería profundo.

También está el “Efecto Tequila” –1994-95--, cuando el gobierno mexicano aceptó un paquete de rescate internacional lidereado por EU y el FMI para promover exportaciones y acelerar la apertura comercial. En 2008 México implementó políticas fiscales expansiva (aumento del gasto público y reducción de impuestos) y para el 2020 hubo recesión por el Covid 19 cuya respuesta fue de apoyo a pequeñas y medianas empresas y aumento en la inversión en infraestructura, aunque la crítica fue la falta de estímulos fiscales directos.

En esta recesión cuyos efectos están en ciernes, es importante establecer dos causales directamente provocadas por las políticas de Trump.

1.- El ingreso de divisas en México, incluyendo remesas, exportaciones y turismo, representa aproximadamente el 70% del PIB cada año. Se calcula que este 2025 se reducirán los envíos de los connacionales en EU entre un 1.3% y un 3% que representaría una reducción de aproximadamente 840 millones a 1,942 millones de dólares respecto al total de 64,745 millones de dólares enviados en 2024.

2.- Convertir a los narcos en terroristas conlleva un impacto económico aun no visualizado en 2025, aunque si estimado en 2024 pues esta actividad ilícita representó un costo estimado en 230 mil mdd –8% del PIB--, que abarca desde la pérdida de productividad laboral hasta daños a infraestructura y recursos destinados a atender víctimas.

El gobierno mexicano destinó más menos 15 mil mdd (0.6% del PIB), a combatir al narco cuya violencia impactó en turismo (los más afectados fueron Guerrero y Michoacán), agricultura (Sinaloa y Durango registraron interrupciones en sus cadenas productivas por conflictos territoriales) y fue mayúsculo el golpe a las inversiones extranjeras directas pues México el año pasado dejó de percibir cinco mil mdd por la violencia generada y aunque el narcotráfico sostiene una economía paralela e informal en el 65% de actividades en algunas regiones, al no pagar impuestos abren un hoyo de pérdida fiscal que sigue creciendo.

Para salir de una recesión económica y conforme al librito se requiere una política monetaria expansiva reduciendo las tasas de intereses con acceso a créditos más baratos para incentivar el consumo y la inversión lo cual, todo indica, no veremos con Sheinbaum.

Asimismo, el gobierno debe aumentar el gasto público para generar empleo e implementar incentivos fiscales reduciendo los impuestos para que las personas y empresas tengan más ingresos disponibles, lo que fomenta el gasto y la inversión apoyando sectores claves como la industria promoviendo las exportaciones y fortaleciendo la confianza de los consumidores y mercados mediante reformas económica o demostrando estabilidad política.

Pero hay una paradoja: no hay dinero, por eso la SHC no regresa la devolución de saldos de forma rápida, como antes de esto y hay quejas en el Servicio Exterior pues se les deben quincenas o las pagan atrasadas.

A esto hay que sumar los tres escenarios que se podrán observar en el corto plazo en relación al peso- dólar: optimista (si se mantiene estable entre 19.5 y 20 pesos por dólar), moderado (20.5 pesos que es la que manejan los analistas para fines de año) y adverso (21 o más pesos).

Por supuesto, ello obedecerá a las políticas monetarias – el otro as de presión de Trump aparte de la imposición de aranceles--, pues, aunque México pudiera reducir sus tasas de interés durante la recesión para estimular el crecimiento económico, una devaluación de la moneda podría disminuir la atracción de inversiones extranjeras creando presión sobre el peso. Por otro lado, una política monetaria cautelosa podría limitar las fluctuaciones.

Las remesas siguen siendo un pilar clave; sin embargo, cualquier reducción significativa, como la estimada entre un 1.3% y un 3%, podría disminuir la oferta de dólares en México, afectando la estabilidad del peso. Igualmente, tensiones comerciales podrían obstaculizar las exportaciones, otro generador de divisas.

La confianza de los inversionistas en las políticas económicas del gobierno es esencial. Si hay incertidumbre o falta de claridad en la estrategia económica y política (como lo que ocurrirá con el poder judicial), el peso podría experimentar episodios de volatilidad.

De tal manera que, si el escenario es adverso en la paridad peso-dólar, México enfrentará Incremento en la inflación –todo será más caro--, reducción de la inversión extranjera --¿ya nos olvidamos del nearshoring?--, presión sobre empresas y deuda –pagar más por sus obligaciones lo que conlleva a despidos masivos, cierres o reestructuraciones como en 1994--, aumento de las tasas de interés –aguas con las tarjetas de crédito--, impacto en el flujo de remesas si EU vive una desaceleración que todo indica que para allá va y tensión social, política y financiera exigiendo respuestas rápidas al gobierno.

Sheinbaum no puede desdeñar esta recesión aún y cuando considere que su Plan México es su solución a la problemática que, según expertos, se queda corto.

EN FIN, por hoy es todo, mañana le seguimos si Dios quiere.

Armando Vásquez Alegría es periodista con más de 35 años de experiencia en medios escritos y de internet, cuenta licenciatura en Administración de Empresas, Maestría en Competitividad Organizacional y Doctorando en Administración Pública. Es director de Editorial J. Castillo, S.A. de C.V. y de “CEO”, Consultoría Especializada en Organizaciones…                                                                                                                                                                                                                                  

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