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Doble hartazgo…

2024-05-29 | Armando Vásquez A. | Sección:

ES UNA CUESTIÓN DE sensaciones, de palpar el sentir social.

Recuerdo el 2015, cuando la sociedad sonorense estaba harta de las corruptelas de Guillermo Padrés y con cada publicación de las tranzas que se aventaba tanto él como aquellos cercanos que le rodeaban, crecía el encabronamiento como echarle sal a la herida. Y luego los lujos, el retraso como estado y el surgimiento de una nueva casta negra de millonarios que se paseaban por las calles de Sonora como si no hubieran hecho nada malo.

Que ya se vayan era el pensamiento.

En el 2018 el hartazgo fue nacional. Observar a un PRI al que se le dio una segunda oportunidad con Peña Nieto y que no la aprovechó, fue una de tantas gotas que les llevó al fracaso como régimen desgastado. No había más a donde voltear y los votos se fueron con un López Obrador cuyas promesas de buen gobierno queríamos escuchar y su discurso era de real esperanza.

Hoy la sensación electoral es de doble hartazgo. Ya queremos que se vayan pues además de corruptos (2015), socavaron la confianza depositada, destiñeron la esperanza y no merecen otra oportunidad (2018).

Quitemos encuestas, aspirantes, ideologías y veamos las sensaciones.

Cuando en 2006 ganó Felipe Calderón con una ventaja de 243 mil 934 votos, (casi medio punto) una de sus principales herramientas de fustigamiento contra López Obrador fue tacharlo de peligroso. Eso y un seguimiento a que el PAN siguiera en el poder le llevó al triunfo, pero su guerra fría contra el narco causó pánico por las víctimas colaterales, la desproporcionada violencia y la escasa inteligencia que le inyectaron a esa lucha.

Para 2012 el viraje hacia el PRI fue rotundo proporcionándole a Peña Nieto una ventaja de tres millones 309 mil 765 sobre López Obrador (siete puntos). El despilfarro y la corrupción imperante en dicho sexenio fueron la decepción que posteriormente se convirtieron en las banderas que llevaría en su campaña el actual presidente.

Sin embargo, su derrota le llevó a desechar su cuna de origen y el dos de octubre de 2011 y a manera de escisión del PRD conformó una nueva corriente de pensamiento que tomaría forma como asociación civil el 20 de noviembre de 2012 y que para el primero de agosto de 2014 quedó constituido como partido político con el visto bueno de las autoridades legales pertinentes.

Uno o dos años antes de que finalizara el sexenio, Peña Nieto habló de los peligros que significaba la corriente de populistas que se ostentaba en algunos países de América Latina. Los describía con capacidad de prometer lo que el pueblo quisiera con tal de llegar al poder para luego destruir todo lo construido e imperar como tiranos. Nadie le prestó atención.

En los primeros tres años del obradorato las voces que nos indicaban que íbamos a parecernos a Venezuela y en caso extremo a Cuba las escuchábamos disonantes, lejanas. Aun así, la suma de los votos en la elección del 2021 fue superior a los totales de Morena y aliados por más de un millón de los partidos de oposición ya en coalición pero no hubo una sensación generalizada de triunfo por los detractores de la 4T.

Faltan cuatro meses para que finalice el sexenio –el próximo primero de octubre--. y la primera sensación es que ya se vaya. Resultó ser un largo período, tedioso, de zozobra constante, más corrupto que el de Peña Nieto y más sangriento que el de Felipe Calderón. El mexicano se cansa de tanta pinchi tranza con un ingrediente extra:

Aparte de la polarización y semillas de odio sembradas, de incrementar el miedo a la delincuencia, de ver cómo se generaron multimillonarios –Nahle. Brugada, la misma Sheinbaum, sus hijos y un largo etcétera--, en ese afán tiránico de acabar además de las instituciones creadas durante años y dejar al país sumamente endeudado, ahora si estamos viendo la posibilidad de acabar como Venezuela pues López Obrador se ha encargado de llevarnos por ese camino.

De allí su prisa por acabar con el último bastión de los tres poderes de gobierno. La SCJN está detenida con alfiles pues de ganar Claudia y su segundo piso de la 4T, una vez como presidenta designará a un magistrado para hacerse del poder judicial.

Hay desasosiego ante la avalancha de negatividad a la que nos enfrentamos, pero también hay dos distintivos de esperanza que es la reacción sonorense en lo particular y mexicana en lo general.

Y López Obrador lo sabe. La paciencia tiene un límite y el común de votaciones en las elecciones presidenciales es del 60 por ciento, lo que es su gran temor pues de ganar Xóchitl la exigencia natural será el castigo a quienes han hecho tanto daño al país. Es lo menos que podemos esperar.

EN FIN, por hoy es todo, mañana le seguimos si Dios quiere.

Armando Vásquez Alegría es periodista con más de 35 años de experiencia en medios escritos y de internet, cuenta licenciatura en Administración de Empresas, Maestría en Competitividad Organizacional y Doctorado en Administración Pública. Es director de Editorial J. Castillo, S.A. de C.V. y de “CEO”, Consultoría Especializada en Organizaciones…

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