El Estandarte de Andy
FUERON MÁS de dos millones de reenvíos del video de López Obrador lo que le convirtió en viral y tendencia en redes sociales, sobre todo en X. Pero fue su hijo Andy quien lo tomó como estandarte para relanzar y reforzar su propio mensaje: soy el heredero.
En este año el secretario de organización de Morena acabaló la mitad de estados del país en una gira intermitente que retomó para buscar acabalar los 10 millones de afiliados de los cuales, según su partido lleva siete hasta el momento y en aumento.
Andy sabe que la aparición en la palestra pública por parte de su apá le sirve para catapultar también al llamado “Grupo Tabasco” entre quienes, el más fortalecido es el “hermano” de AMLO, el senador Adán Augusto López Hernández.
Esta maniobrando bajo el esquema de que más vale lealtad que capacidad y enarbola esa bandera para dibujar el nuevo mapa de candidatos en los Estados. Así se entiende que en Sonora haya detenido a la dupla Lamarque-Valles como únicos candidatos previa regañada a Judith Armenta por limitar el número de aspirantes.
Es que no solo se trata ahora de ser un Amlover sino de que sean leales al Grupo Tabasco. Esto cambia el panorama en Sonora pues hay varios y nuevos personajes que van a empezar a tener relevancia mediática.
En el caso del gobernador Durazo, no hay problema pues prioriza la lealtad al legado y es considerado el “embajador” del GT en Sonora. Dejo en el tablero los nombres de Raúl Gracia, Jorge Villa Herrera y María del Pilar Álvarez, completos desconocidos hasta el momento, pero póngales un pin.
Esa dualidad –GT/lealtad--, no es nueva, es un pensamiento profundo del mismo López Obrador que choca contra el pensamiento de Sheinbaum de preponderar candidatos con mayor autonomía técnica y pragmática para consolidar su “sello propio” y evitar el caudillismo.
Esta distinción surge de las dinámicas internas de Morena en 2025, donde las pugnas por candidaturas revelan tensiones entre lealtad personal/familiar (AMLO/Andy) e independencia operativa (Sheinbaum).
No es una dicotomía absoluta —la presidenta respeta el legado de AMLO—, pero analistas la describen como receptora del "beso del diablo": una herencia que obliga a Sheinbaum a equilibrar lealtades forzadas con su agenda autónoma.
Sin embargo, en esta ruta Andy ha llevado las de perder desde julio para acá, cuando se agendó la asamblea del consejo nacional y lo cacharon en Japón. Luisa María Alcalde sabía que iba a estar fuera y aún así puso la fecha.
Incluso para agosto le puso “un jalón de orejas” resaltando la justa medianía y criticando lujos ---golpe indirecto, pero por todos conocidos--, y ya para octubre lo “defiende” alegando una campaña contra la 4T. Pero ya para qué. Hoy el pleito sigue cantado.
La centralización del poder vía afiliaciones masivas y control de comités estatales bajo la modalidad de alineación ideológica colocan a Andy como el “generador de méritos” para aspirantes cercanos, como en Sonora, en abierta rebelión a una Claudia Sheinbaum que es vista como poseedora de un poder prestado.
Su rol le permite influir en "supervotaciones" internas, favoreciendo perfiles con "lealtad política al expresidente" (ej. modificaciones a iniciativas de Sheinbaum por coordinadores de Morena en Congreso, como Ricardo Monreal o Adán Augusto).
AMLO se colocó como ancla, llamó a una “unidad sin divisiones” pero refuerza lealtades tribales, inyectando "veneno sutil" donde candidatos deben alinearse con su visión para evitar exclusiones. Gobernadores morenistas (23 estados) le deben su postulación, no a Sheinbaum, (que no se les olvide) lo que les da margen para resistir, pero Andy usa el padrón para "afianzar control".
Sutilmente les dice a esos gobernadores “rebeldes” que su actuación perjudicará a Morena. Lo cual es cierto. David Monreal Ávila quiere heredar la gubernatura a su hermano Saúl y amenaza con saltar al PRI-PAN. Ricardo Gallardo prepara a su esposa para sucederlo en 2027 en SLP.
El Toro, Félix Salgado, pretende suceder a su hija en Guerrero. Rocío Nahle en Veracruz minimizó las inundaciones y desvío recursos presupuestales. Américo Villarreal en Tamaulipas manejó contratos con empresas sancionadas por EU.
Layda Sansores en Campeche maneja malversación de fondos y su actitud caciquil golpean duro la imagen de Morena. Ni se diga de Rocha en Sinaloa o Ramírez Bedolla en Michoacán.
Las herramientas justificantes del actuar de Andy sirven como ultimátum a Sheinbaum por las deserciones internas generadas vía cambios estatutarios; complicación de coaliciones con PVEM y PT; guerra interna provocada en Morena en el sur del país; incremento de la percepción de inseguridad; sus explicaciones forzadas poco creíbles y el desgaste en encuestas de los "gobernadores del desastre".
Andy presume convivencias con AMLO en Palenque, mientras Sheinbaum declara no consultarlo, lo que le posiciona como "líder por encima" en la percepción interna de Morena y su peso público va como la espuma.
No extrañará que la reciente crítica de Andy a los super delegados del Bienestar que están más ocupados en buscar una candidatura olvidando a los adeptos morenistas ya seguros –pensionados y becados--, que olvidan su lealtad a AMLO, retumbará hasta La Chingada y se presenten cambios en esa línea defensiva que tanto beneficio le ha dado a la 4T.
Sheinbaum tendrá que doblar las manitas y hacer a un lado a sus recomendados para poner a los que Andy decida. Claro, después del seis de diciembre cuando festeje los siete años de victorias en el zócalo, la muy gustada plaza de un AMLO cuya posible presentación duplicará el alter ego del junior.
EN FIN, por hoy es todo, mañana le seguimos si Dios quiere.
Armando Vásquez Alegría es periodista con más de 35 años de experiencia en medios escritos y de internet, cuenta licenciatura en Administración de Empresas, Maestría en Competitividad Organizacional y Doctorando en Administración Pública. Es director de Editorial J. Castillo, S.A. de C.V. y de “CEO”, Consultoría Especializada en Organizaciones…
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