Corrupción: Un ciclo sin fin

2025-12-04 | Armando Vásquez A. | Columna Archivo Confidencial
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DURANTE EL SEXENIO de Peña Nieto –2013-2018--, se detectaron 35 casos emblemáticos de corrupción. Para el 2019 con López Obrador sumaron 18, en 2020, 37; 2021, 31; 2022, 36; 2023 y 2024, 34 en cada año. En total 153. En el caso de Claudia Sheinmbaun, de octubre a octubre se contabilizaron 51.

Pero hay que ser justos. El 47% (24) provienen de tiempos de AMLO, un 10% (5) de Peña Nieto y en su sexenio van 21 (41%). Hay un caso especial que ha ocurrido de manera continua y atraviesa los dos periodos de gobiernos morenistas: el huachicol fiscal.

Esta información a detalle se encuentra en anuarios diseñados por la organización Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) y con las pruebas suficientes que desglosan culpabilidades, el alto grado de importamadrismo y claro, el cobijo de culpables del gobierno federal. https://n9.cl/zxob9

Las diferentes encuestas del sexenio anterior y el actual, se eleva hasta en un 80% (según el mismo INEGI) la preocupación poblacional por el mal gobierno primero por la inseguridad y luego en el rubro de la falta de combate a la corrupción que han sido los dos, el talón de Aquiles de la 4T en medidas similares.

Y claro, es la imagen que proyectamos al mundo a través de las diferentes plataformas que miden el índice de corrupción comparando los diferentes países. En 2024, la escala del índice de Transparencia Internacional colocó a México en 26 indicadores de cien posibles que le colocaron en la posición 140 de 180 países evaluados.

Dinamarca (90 de 100 indicadores), Finlandia (88/100) y Singapur (84/100) son los más altos, aunque ninguno alcanzó los cien puntos. Los peor calificados son Venezuela (10/100), Somalia (9/100) y Sudán del Sur (8/100).

Conforme a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico México se ubica en el último lugar del grupo: es el lugar 38 de 38 economías evaluadas. En el G20, que incluye a 19 países más la Unión Europea, México se encuentra en la penúltima posición, solo por encima de Rusia (22/100 puntos).

En Latinoamérica, México está mejor evaluado que Guatemala (25/100), Paraguay (24/100), Honduras (22/100), Haití (16/100), Nicaragua (14/100) y Venezuela (10/100) y se ubica por debajo de Brasil (34/100) y Chile (63/100), sus principales competidores económicos en la región.

Esa mala imagen se sustenta en cinco pilares negros. Primeramente, es muy alta la incertidumbre sobre el alcance e implementación de las reformas en materia de transparencia –es un gobierno opaco que desapareció al INAI, -- cuenta con un sistema anticorrupción que no ve ni actúa y un Poder Judicial amañado con el Ejecutivo lo que despierta tal desconfianza que pega tanto en las inversiones internacionales como en la medición de riesgo-país.

En segundo término, faltarían dedos para cuantificar los casos de impunidad y corrupción de gran calado pues pasan los años y poco se sabe que haya personas sentenciadas. Se quedan en averiguación previa y posteriormente las denuncias duermen el sueño de los justos en los juzgados donde las sentencias aún están pendientes.

En tercer sitio, Transparencia Mexicana manejó que del 2017 al 2024 sucedieron tres mil 350 posibles casos que conllevaron responsabilidades administrativas de acuerdo a la información proporcionada por las propias agencias fiscalizadoras, de los cuales 281 (8.4%) terminaron en sanción por parte de los tribunales administrativos.

También pega, en cuarto lugar, el hecho del creciente número de casos de corrupción que involucra al crimen organizado con los tres niveles de gobierno conforme a información publicada en la prensa nacional e internacional que evidencian tal fenómeno criminal.

Y en quinto, pero no por ello menos importante, se establece y denuncian a empresas identificadas como “fantasma”, “factureras”, controladas y vinculadas por el crimen organizado que siguen siendo contratadas por los tres niveles de gobiernos.

La percepción conlleva una decepción global tanto en el empresariado que observa de mala gana la impunidad preponderante, al sector productivo en distintas áreas que ha sido el más afectado por la falta de apoyos reales y la ciudadanía en general que no ve en la cárcel a tanto denunciado pública o judicialmente.

Pero hay otro factor que también pega, es el político. Mientras la oposición se desgañita sin obtener logros significativos, en Morena observan, aprenden y por osmosis chupan la oportunidad de participar en actos de corrupción al ver que no hay castigo y que las llamadas de atención son hechas por los gobernantes imbuidos en esta peste social.

Sheinbaum como presidenta, se encuentra en modo defensivo ante tantos hechos que de manera directa o indirecta le atañen, pero el tema de la corrupción no lo ha mencionado, lo hizo a un lado, a diferencia de la inseguridad del cual se ufana de haber reducir el número diario de asesinatos, pero no hay gran cosa sobre el segundo rubro que impacta en las encuestas.

En la mente del populo será difícil que baje de nivel la percepción de corrupción en este gobierno. Como que no hay interés pues no han encarcelado a ningún funcionario o personaje envuelto en este drama que se carga a los de la 4T.

EN FIN, por hoy es todo, mañana le seguimos si Dios quiere.

Armando Vásquez Alegría es periodista con más de 35 años de experiencia en medios escritos y de internet, cuenta licenciatura en Administración de Empresas, Maestría en Competitividad Organizacional y Doctorando en Administración Pública. Es director de Editorial J. Castillo, S.A. de C.V. y de “CEO”, Consultoría Especializada en Organizaciones…                                                                                                                                                                                                                                  

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