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La 4T va por el cuarto poder

2025-06-20 | Armando Vásquez A. | Sección:

HUBO UN TIEMPO en México, en que los medios de comunicación eran llamados el “cuarto poder”, un término originado en el siglo XIX, principalmente en Europa. Se atribuye tradicionalmente al político y escritor británico Edmund Burke, quien habría señalado que la prensa era tan influyente que merecía considerarse junto a los tres poderes tradicionales del Estado: el legislativo, el ejecutivo y el judicial.

De tal forma que, podía informar y moldear la opinión pública, fiscalizar a los otros tres poderes (un contrapeso) y amplificar voces y debates, dando espacio a ideas, críticas y demandas sociales, lo que presiona indirectamente a los gobernantes.

En este año, México cayó tres posiciones en el Índice Mundial de Libertad de Prensa, elaborado por Reporteros Sin Fronteras, una clasificación anual que evalúa el grado de libertad de prensa en 180 países y territorios. Este índice mide la libertad de periodistas, medios y ciudadanos para informar y acceder a información sin restricciones, censura o violencia.

El índice evalúa cinco indicadores principales: Contexto Político, Marco Legal en el que se ejerce el periodismo, Contexto Económico (concentración de medios, publicidad gubernamental y precariedad laboral), el Contexto Sociocultural analiza si normas culturales o sociales, como tabúes religiosos o estigmatización de ciertos temas, limitan la libertad de prensa, mientras que Seguridad mide las amenazas físicas, psicológicas o legales contra periodistas, incluyendo asesinatos, detenciones, acoso o exilio.

Cada país recibe una puntuación de 0 a 100, donde un puntaje más alto indica mayor libertad de prensa. Las categorías son: "Buena situación" (85-100), "Satisfactoria" (70-85), "Problemática" (55-70), "Difícil" (40-55) y "Muy grave" (0-40).

El índice se actualiza cada año, en abril o mayo, y sirve como referencia para organizaciones, activistas y ciudadanos interesados en la libertad de expresión.

En 2024, los países con mayor libertad de prensa fueron Noruega, Dinamarca y Suecia, mientras que los de menor libertad fueron Corea del Norte, Eritrea, Siria, China e Irán. En 2025, México se ubica en el puesto 124 de 180 países, cayendo tres posiciones respecto a 2024 (del lugar 121 al 124), lo que refleja una situación "difícil" para la libertad de prensa en el país.

Los principales factores son la violencia contra periodistas, ya que México sigue siendo el país sin guerra más peligroso de América Latina para ejercer el periodismo. Desde el año 2000, más de 150 periodistas han sido asesinados y al menos 28 permanecen desaparecidos. Desde 2019, se reportan 37 asesinatos de periodistas, según Reporteros Sin Fronteras, debido a la colusión entre autoridades y el crimen organizado, una amenaza grave que fomenta la impunidad.

En el indicador económico, México registró la cuarta peor caída en América Latina. La precariedad financiera de los medios, la reducción de ingresos publicitarios y la falta de una regulación transparente para la publicidad oficial han debilitado el ecosistema mediático. Esto lleva a la autocensura, pérdida de independencia y menor calidad informativa, ya que los medios dependen de ingresos ligados a intereses políticos o comerciales.

La alta concentración de la propiedad de los medios limita el pluralismo informativo, reduciendo la diversidad de voces y perspectivas. Además, existen presiones políticas y sociales: aunque no hay leyes que censuren directamente, los periodistas enfrentan amenazas, campañas de desprestigio y violencia simbólica o física. La estigmatización de los medios por parte de actores políticos y la falta de avances significativos en la protección de periodistas, a pesar de compromisos gubernamentales, agravan la situación.

La impunidad también impacta, pues la mayoría de los ataques contra periodistas quedan sin castigo, lo que perpetúa un clima de inseguridad y autocensura, especialmente en temas relacionados con el crimen organizado, la corrupción o el medio ambiente.

En América Latina, México está entre los países con peores condiciones para el periodismo, superado solo por países como Cuba (172) y Nicaragua (158) en términos de restricciones a la libertad de prensa. A nivel global, el Índice 2025 señala que la libertad de prensa es "difícil" en más de la mitad de los países, con una puntuación promedio mundial por debajo de 55 puntos. La crisis económica de los medios es un factor clave en esta tendencia, afectando también a México.

Entre 2018 y 2024, se registraron 3,408 agresiones contra la prensa en México, según la organización Artículo 19, evidenciando un entorno hostil para los periodistas. En Puebla, por ejemplo, se documentaron 22 procesos judiciales contra periodistas por su labor informativa en ese periodo.

La Ciudad de México encabeza la lista con 170 agresiones en 2024, según Artículo 19, debido a la alta concentración de medios y la estigmatización por parte de funcionarios (41 casos en conferencias mañaneras). Guerrero ocupa el segundo lugar con 51 agresiones, destacando el asesinato de Enrique Hernández Avilez, encontrado en una fosa clandestina en Taxco. Veracruz está en tercero con 42 agresiones; Puebla, con 33, donde el acoso judicial y la reciente “Ley de Ciberseguridad” imponen hasta 3 años de cárcel por “insultos” en redes sociales, considerada una forma de censura; Guanajuato, con 32; y Chiapas y Campeche, donde un periodista fue vinculado a proceso por criticar a la gobernadora Layda Sansores.

Otros estados peligrosos incluyen Sonora, Oaxaca y Michoacán, con asesinatos reportados en 2023 y 2024, como los de Jesús Gutiérrez en San Luis Río Colorado y Mauricio Cruz Solís en Michoacán.

Los estados con leyes que facilitan ataques a la libertad de expresión incluyen Puebla (Ley de Ciberseguridad), Campeche (procesos judiciales por incitación al odio), Veracruz (ley de perturbación pública), Tabasco (reformas contra protestas y rumores), Guanajuato, Nuevo León, Baja California Sur, Nayarit, Michoacán, Yucatán (delitos contra el honor), Chiapas (leyes previas como la Anti-halconeo) y otros como Coahuila, Durango, Quintana Roo, Jalisco, Sinaloa, Tamaulipas y Zacatecas (regulaciones que limitan el acceso a la información).

La 4T tiene como objetivo controlar el cuarto poder, y la presidenta Sheinbaum parece respaldar esta estrategia, sin lugar a dudas.

En fin, por hoy es todo. El lunes seguimos, si Dios quiere.

Armando Vásquez Alegría es periodista con más de 35 años de experiencia en medios escritos y de internet, cuenta licenciatura en Administración de Empresas, Maestría en Competitividad Organizacional y Doctorando en Administración Pública. Es director de Editorial J. Castillo, S.A. de C.V. y de “CEO”, Consultoría Especializada en Organizaciones…                                                                                                                                                                                                                                  

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